El retiro de vesícula, también conocido como colecistectomía, es una cirugía en la cual se extirpa la vesícula biliar. La vesícula biliar es un órgano pequeño con forma de pera que se encuentra en la parte superior derecha del abdomen, justo debajo del hígado. Su función principal es almacenar la bilis, un líquido producido por el hígado que ayuda en la digestión de las grasas.
La cirugía de retirada de vesícula generalmente se realiza si la persona tiene cálculos biliares o enfermedad de la vesícula biliar que causa dolor o molestias, inflamación o infección. En algunos casos, se puede realizar como medida preventiva en personas con un alto riesgo de desarrollar enfermedad de la vesícula biliar.
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La cirugía de Retiro de Vesícula puede realizarse mediante cirugía abierta o laparoscópica. En la cirugía laparoscópica, se hacen varias incisiones pequeñas en el abdomen y se utiliza un laparoscopio (un tubo delgado con una cámara en el extremo) para extirpar la vesícula biliar. En la cirugía abierta, se hace una incisión más grande en el abdomen y se extirpa la vesícula biliar a través de ella.
El retiro de la vesícula se realiza principalmente para tratar problemas relacionados con los cálculos biliares, que son depósitos sólidos que se forman en la vesícula biliar. Los cálculos biliares pueden causar dolor abdominal, náuseas, vómitos y otros síntomas. Si los cálculos biliares se vuelven lo suficientemente grandes, pueden bloquear los conductos biliares y causar inflamación e infección, lo que puede ser peligroso para la salud.
El retiro de la vesícula también se puede realizar en casos de inflamación crónica de la vesícula (colecistitis crónica) o en casos de cáncer de la vesícula biliar.
Después del retiro de la vesícula, se puede esperar un período de recuperación de unas pocas semanas. Durante este tiempo, se puede experimentar dolor y molestias en la zona de la incisión, así como náuseas y vómitos. La mayoría de las personas pueden volver a sus actividades normales después de unas pocas semanas, aunque algunas actividades intensas pueden necesitar esperar un poco más.
También es común experimentar cambios en la digestión después del retiro de la vesícula. Como la vesícula biliar ya no está presente para almacenar la bilis, la bilis se libera directamente en el intestino delgado. Esto puede provocar diarrea y otros problemas digestivos en algunas personas. Sin embargo, estos síntomas suelen ser temporales y pueden ser tratados con cambios en la dieta.